Las ciudades son responsables del 75% de todas las emisiones de carbono del mundo. Pero cuando el impacto de una ciudad es grande, también es donde se pueden producir los grandes cambios.
La contaminación atmosférica plantea graves riesgos para la salud humana, sobre todo en lo que respecta a la exposición a largo plazo. Según la OMS, el 53% de la población mundial vive en ciudades en las que la calidad del aire exterior está por debajo de sus directrices, lo cual es preocupante si se tiene en cuenta que el 90% de las ciudades del mundo tienen niveles inseguros de contaminación atmosférica y calidad del aire exterior.
Mejorar el nivel y la calidad de vida de todos los residentes es fundamental para que estas ciudades puedan soportar el crecimiento futuro. Una calidad del aire que cumpla las normas nacionales, mejora la salud humana y la calidad de vida del medio ambiente.
La buena noticia es que hay muchas formas de hacer que una ciudad sea más ecológica y así poder reducir los niveles de CO₂. Y esta tarea no corresponde únicamente a los políticos, la lucha contra el cambio climático es una tarea conjunta.